MAMORU HOSODA: La Familia como estandarte | ESPECIAL

MAMORU HOSODA: La Familia como estandarte | ESPECIAL

Familia
Definida originalmente como "Un grupo de personas que poseen un grado de parentesco y conviven como tal..." Dicha palabra es en realidad difícil de encasillar y tan siquiera de explicar gracias al valor, tan complejo de entender como sencillo de sentir que tenemos los seres humanos al hablar de los lazos familiares: El amor que siente una madre por sus hijos, el valor que requiere un padre para criar a su pequeño, la simpatía tan pura entre hermanos o el siempre laberintico sentido de protección entre cualquier familiar....

Sí, definir a la familia y los vínculos que la unen es difícil. Pero al menos podemos verla, sentirla y valorarla gracias a las historias del realizador que presento hoy: Un hombre que como ningún otro, ha tomado dichos vínculos como bandera y nos ha permitido asombrarnos con la maravilla de la familia... Me refiero al gran Mamoru Hosoda.

Mamoru Hosoda


|Japón|
|54 Años (1967) |
|Animador, Director, Guionista|
|Estudio: Chizu (Fundador)|


Un año más se ha ido en 13 Fotogramas y es por ello por lo que para celebrar el 2do Aniversario (y siguiendo la tradición anual) esta semana arrancamos con un nuevo especial dedicado a aquellos realizadores que me han marcado de una forma u otra. Y ya habiendo hablado tanto de mi director favorito Masaaki Yuasa como de la genial Rie Matsumoto; este año he aprovechado la exposición mediática recibida por parte del director en turno y es por ello por lo que nos adentramos en la trayectoria del "maestro" de los lazos familiares Mamoru Hosoda. Sí, aquel bonachón japones de 54 años que, lejos de encasillarse ni de aceptar el apodo de "nuevo Miyazaki" ha ido forjando su propio camino a través de su peculiar eje narrativo y la facilidad que tiene para transmitir el peso de las relaciones humanas, aprendiendo, innovando y sobre todo refinándose más y más ya sea que nos adentre en mundos virtuales como en Summer Wars, en lugares llenos de fantasía y con seres antropomórficos como en Bakemono no Ko o simple y llanamente en el sentir que une a los seres queridos dejándonos en claro que... Sí, Mamoru Hosoda es un hombre de familia.

MAMORU HOSODA: La Familia como estandarte | ESPECIAL

Pero primero lo primero, para aquellos pocos que aún no lo conozcan (o quizá no sepan que han visto su trabajo) Mamoru Hosoda es un animador, guionista y director de anime que además, fundó su propio estudio (Estudio Chizu) en el año 2011, siendo este uno de los más relevantes y celebres estudios a nivel mundial gracias a éxitos como la reciente Belle. El camino al éxito sim embargo, habría de ser más lento de lo esperado y tras tener muchos trabajos en la dirección de episodios y la animación de obras como One Piece, DoremiRurouni Kenshin, Slam Dunk o Gegege no Kitarou, así como bajo la dirección de su amigo (y otro de esos geniales directores...) Kunihiko Ikuhara en Sailor Star y Shouo Kakumei Utena, por fin se inició como director principal al frente de un proyecto "franquicia" como lo fue Digimon: The Movie, para el estudio Toei. Y seguido de este Hosoda poco a poco fue haciéndose un nombre gracias a The Girl Who Leapt Through Time, la ya clásica Wolf Children, o la internacionalmente aclamada Mirai no Mirai, teniendo también algunos baches como Bakemono no Ko e incluso, siendo despedido del mismísimo estudio Ghibli tras oponerse a la ya conocida "intromisión Miyazaki" en los proyectos de dicho estudio (en su caso, al ser candidato para dirigir El Castillo Vagabundo). Todo, lo bueno y lo malo eso sí, ha servido para que Hosoda construyese su particular estilo narrativo siempre centrado en una cosa: Contar historias sobre las personas, sobre cómo es que cambian con el tiempo y más aún, sobre cómo es que crecen a partir de los vínculos familiares...


"Mamoru Hosoda no solo busca retratar la naturaleza de la familia, sino también la forma en como el tiempo afecta en dichos lazos y en nosotros mismos; no sólo crecemos con el tiempo, sino que cambiamos"


Así pues, tras 7 proyectos como director (6 surgidas de ideas propias), un estudio de animación ya consolidado en la industria y un sin fin de comparaciones con contemporáneos, el resto ya es historia: Ahora Mamoru Hosoda no solo es un nombre reconocido y venerado a nivel mundial, sino también uno de los más galardonados gracias a sus múltiples premios en los Tokyo Anime Awards, los Japan Academy Film Prize, su nominación al Oscar por Mirai o sus varios premios Anima’t en Sitges solo por mencionar algunos... todo mientras se mejora y reinventa a sí mismo y mientras nosotros repasamos una a una sus obras y lo que significaron para su estilo.

Digimon: The Movie

Año 2000 y el camino de Hosoda habría de comenzar al frente de una de las franquicias más importantes de la época: Digimon. En este caso tratándose de la época pre-serie, en ella Hosoda (y en realidad) no solo se dedicó a una sola película sino que dirigió la llamada Digimon Adventure: Bokura no War Game! y también la película predecesora a la serie que todos conocemos: Digimon Adventure. Lo interesante es que en el segundo de los casos, Mamoru apostaba por contar una historia de corte más "terrorífico" y menos infantil que la que podemos ver en la serie, teniendo aquí sus primeros intereses por mostrar el mundo virtual y la relación que guardaba con la realidad en que vivimos, siguiendo así los pasos de otros como el mismísimo Satoshi Kon...



Toki wo Kakeru Shoujo

Habrían de pasar 6 años (y un despido por parte de Ghibli) para que tuviésemos el siguiente trabajo de Hosoda al frente de la dirección. Con una historia basada en la novela de Yasutaka Tsutsui, La chica que saltaba a través del tiempo nos cuenta la historia de Makoto (hmmm... protagonistas femeninas como un tal Miyazaki...), una adolescente que pasa sus días aburrida por la rutina y teniendo un fracaso tras otro sin que verdaderamente le importe esto. O al menos así es hasta que la chica descubre que puede "saltar" en el tiempo y así volver al pasado para corregir aquello que salió mal... y para aprender que el tiempo y la vida no esperan por nadie. Es así que a través de la cinta, Hosoda entrega una perspectiva más positiva sobre disfrutar la vida y dar valor a cada acción que tengamos (quizá la película más Ghibli que haya hecho en ese sentido...), todo a través del uso de los viajes en el tiempo y de la ciencia ficción, género y tema usados también más adelante en su carrera; y no solo eso pues en cuanto a la animación, ya se nos comienza a mostrar ese estilo tan característico en el trazo de sus obras, con rostros un poco redondeados (hiperrealistas dirían algunos…) y escenarios amplios y llenos de detalle.


Sin embargo, más importante aun, en la película tenemos el primero de los grandes acercamientos a aquellos que han de ser sus 2 pilares narrativos: Por un lado la familia, en este caso representada a través de la conexión entre Makoto y su tía, y en segunda, el paso del tiempo y el cambio en las personas. Ambos, siendo afectados por los saltos en la trama y que aquí sirven para dar valor a la idea de aprovechar el momento, en este caso usando la etapa de la adolescencia y el posterior coming of age y comparándolo con aquello del "what if..." además, con esta cinta llega la primera de sus muchas escenas icónicas, con Makoto saltando por los cielos...

Summer Wars

Afortunadamente, para su siguiente película no habríamos de esperar tanto y 3 años despues, Hosoda nos trajo una historia familiar aún más peculiar y caótica en Summer Wars. Y es que, siendo una de las películas quizá menos logradas del director, Summer Wars representa el salto definitivo por parte de Hosoda hacia la representación de la familia como tema central en su estilo. Teniendo ahora como protagonista a Kenji, un joven amante de los videojuegos que por extrañas circunstancias se ve obligado a viajar y conocer a la familia de su compañera de clases (amor platónico) Natsuki, la película no solo sirve como muestra de lo que es la familia (y de lo que implica ser parte de una), sino que además ha de ser, a través de su alocada historia y sus cálidos pero contrastantes personajes, un parteaguas para adentrarnos al mini ecosistema que existe en cada clan, teniendo una muestra rápida y llena de comedia así como de drama a las muchas interacciones que se van dando entre los integrantes de dicha familia, con la abuela a la cabeza de todo. Así, y aunque siendo siempre el todo lo central antes que lo particular, en Summer Wars podemos entender mejor aquello de los vínculos entre la familia, al menos aquellos que habría de mostrarnos a detalle años más tarde...

Y sí, sé que estarán pensando también en la parte "virtual" de Summer Wars. Y es que, obviando a Digimon, esta película fue también la primer muestra de cómo es que a Hosoda le gusta aprovecharse de los mundos virtuales para contar sus historias, en este caso en Oz. No por nada, el propio director ha dicho que considera importantísimo tratar y contar historias a través de este tipo de mundos ya que, hoy por hoy, todos y cada uno de nosotros vivimos en ambas realidades al mismo tiempo, aprovechando de paso para agregar un elemento bastante usado en el futuro: los grandes planos. Aun así, Summer Wars sí que puede fallar un poco tanto en su desarrollo de hilos argumentales como en su cierre, siendo una antesala al futuro más que el primer gran golpe de Hosoda.

Ookami Kodomo no Ame to Yuki

Gran golpe que por cierto, habría de llegar 3 años despues con la más emblemática de sus películas hasta el momento: Wolf Children. Un tierno relato familiar en el que Hosoda no solo estrena las producciones de estudio Chizu sino que además marca un enorme avance respecto a su eje narrativo basado en la familia, pasando de hablar de la familia y su importancia como un todo, a algo más específico... a un vínculo, en este caso el de la maternidad. Contando la historia de Hana, una chica que ha de criar a sus hijos sola (y añadiendo el hándicap de ser mitad lobos mitad humanos) en Wolf Children, Hosoda se permite intimar en los retos y alegrías de ser madre, alejando la historia de un drama con villanos y por contra dotando a su protagonista no solo de momentos tiernos sino también y sobre todo de vicisitudes tan normales como el tener que cuidar a sus hijos cuando enferman, el buscarles alimento o el tener que buscar un trabajo para salir adelante; teniendo para todo ello un tacto que logra que la película nunca se sienta irreal o que, pese a sus elementos de fantasía, jamás pierda el valor de su mensaje. Por el contrario, se hace de esta fantasía y la utiliza para continuar con otra línea tocada en Summer Wars: el camino tan diferente por el que la vida lleva a cada miembro de una familia... y las repercusiones que esto tiene en cómo nos relacionamos. Eso sí, aunque en lo general Wolf Children logra tocar su tema con bastante elegancia, también hay momentos en que la película podría parecer un poco sentimentalista, sobre todo hacia su final (aunque no por ello golpea menos al espectador...).

Pero no solo en su eje temático es que Hosoda avanza con el filme, pasando ahora del uso de adolescentes al de infantes (lo cual habría de mantenerse hasta Belle...) pues como suele decir "La animación es presupuesta como un medio infantil y por ello se debe realizar pensada en ellos...", o del uso de ritmos mucho más cotidianos que en Summer Wars, recordando en ese sentido al propio Miyazaki. Y en animación es más de lo mismo gracias nuevamente al uso de lo rural como escenario central, o el recurso cada vez más efectivo de los planos abiertos al momento de contar las vivencias y el paso del tiempo en sus personajes (la secuencia de ambos chicos creciendo es genial!) tal como lo menciona Napo en su propio texto. Sin lugar a duda, una cinta que a la larga habría de ser su más icónico trabajo y también la más cercana a rozar la perfección... hasta ese momento.


"El camino cinematográfico de Hosoda ha ido evolucionando en paralelo con sus experiencias. Desde la muerte de su madre en Wolf Children, la relación de sus hijos en Mirai o el crecimiento de su hija para Belle... Mamoru Hosoda cuenta aquello que todos sentimos"


Bakemono no Ko

Sin embargo, y como la mayoría de los realizadores, Hosoda también ha tenido sus puntos débiles y en este caso hablamos de su siguiente película: Bakemono no Ko. Y es que, pasándonos ahora de un extremo a otro, Mamoru continúa tratando los vínculos familiares y ahora presenta un relato sobre la paternidad. Contándonos la historia del pequeño humano Kyuta el cual, tras verse alejado y huyendo de su familia, encuentra la entrada a un mundo donde las bestias habitan y termina bajo la tutela/cuidado de un gruñón oso llamado Kumatetsu, El niño y la bestia presenta varios de los elementos típicos de las historias discípulo/maestro: Por un lado, tenemos a un alumno rebelde y que odia hacer lo que le dice su maestro, por el otro tenemos a un guía poco experimentado y con mucho por demostrar; a esto le sumamos el ideal de salir adelante y ser reconocidos por aquellos que los desprecian y voila! tenemos una cinta que es bastante sólida y que usa su fantasía para contar un relato de amistad, confianza y crecimiento en ambas partes pero en la que tristemente se falla al abordar el tema central. Y es que, pese a que sí que se logra que sus protagonistas se acerquen y en cierta forma también se muestra muchos de los "dramas" y choques que puede haber entre un hijo y un padre (y que son presentados como diametralmente opuestos a Wolf Children) es en su estructura donde se encuentran sus lagunas, teniendo una historia que comienza por contarte una cosa a cierto ritmo y que de la mitad en adelante cambia a otra cosa totalmente distinta, haciendo que el cierre parezca más forzado y sin coherencia que en su predecesora.


Afortunadamente, es en su aspecto técnico donde la película sí que sorprende gracias al uso nuevamente de planos abiertos, el regreso a los mundos de fantasía ausentes en Wolf Children, la presentación de secuencias llenas de elementos en movimiento, el uso de seres antropomórficos como reflejo del humano y sobre todo esa capacidad de Chizu para crear miles de personajes y detalles distintos para cada escenario, logrando así una gran construcción de mundo (al menos a nivel visual)... oh y también es la oportunidad de ver por primera vez el uso de ballenas en sus cintas.

Mirai no Mirai

Y así, tras 4 películas es que llegamos a la que creo es su mejor obra hasta ahora: Mirai no Mirai. Y lo es por varias razones que pese a todo, involucran y beben de sus obras anteriores. Pasando ahora de los vínculos más presentes pero también más tocados como lo eran la maternidad y la paternidad, en Mirai Hosoda nos enfoca en los lazos de hermandad. Presentándonos al mimado Kun, un pequeño que ve cómo es que su vida "cambia" con la llegada de su hermanita menor recién nacida, Mirai nos lleva a través de vivencias cotidianas sí pero que aquí se ven enormemente potenciadas por la inocencia de su protagonista, aprovechando esta para cargar a la película de fantasía y para de paso, volver al uso de los viajes en el tiempo como encuentro del pasado y presente de la familia. Y es aquí donde se nota mucho más el sostén en el resto de sus obras, usando esa relación incipiente y llena de inocencia para guiar al pequeño Kun a través de un repaso de lo que son esos vínculos construidos hasta ahora; una ventana a la maternidad, a la paternidad y a la hermandad, permitiendo que, a comparación de La chica que saltaba a través del tiempo, aquí no nos enfoquemos tanto en el viaje en el tiempo sino en cómo afecta la forma de ver la vida de Kun, logrando así un acercamiento mucho más primigenio y puro, sin las implicaciones de cargas dramáticas hasta entonces presentes y en cambio presentado de manera sutil pero eficaz en su secuencia clímax con el tren.


Lo que es más, siguiendo con esa línea de inspirarse en su propia vida para contar la historia, Hosoda aquí refleja el cómo veía la relación entre sus hijos y la forma en cómo, "refunfuñando" u "odiándose" entre ellos, al final imperaba el factor familia y el cariño inherente a dichos lazos. A esto hay que sumarle además el uso de (otra vez) mundos de fantasía como espejo a la realidad o elementos animados ya vistos (como ese patio de piedra que nos recuerda a Bakemono...) o el uso de un 3D que habría de ser aún más pulido en su siguiente filme...

Belle

Un filme que por cierto, ha sido aquel que (ahora sí!) parece haber puesto a Mamoru Hosoda en el nivel de atención y reconocimiento a nivel mundial que de verdad merece; me refiero a su más reciente obra, la abrumadora historia virtual de Belle. Comenzando como una idea que surgió para representar la relación que tiene Hosoda con su hija y la forma en como las redes sociales son cada vez más parte de su vida, Belle nos cuenta la historia de Suzu, una chica cuyo trágica perdida familiar la ha llevado a crecer como una adolescente poco sociable y con problemas para abrirse al resto y hacer aquello que le gusta: cantar. Pero todo esto cambia cuando Suzu "entra" al mundo de U, un lugar virtual de moda en el que todos pueden iniciar de cero y en el que la chica ha de encontrar la libertad que ha estado buscando a través de su avatar: Belle. Y es gracias a dicha premisa que Hosoda nos regresa de lleno a una propuesta centrada en los mundos virtuales pero que, contrario a Summer Wars, tiene una protagonista con un acercamiento parecido al de Makoto en "La chica que saltaba a través del tiempo". Y no tanto por el hecho de que ambas protagonistas son adolescentes o de que Belle tenga un corte romántico (aunque hay algo de eso…) sino más bien porque volvemos a tener a una chica con dudas, que en cierta forma ve la vida pasar sin poder abrazarla y cuya incapacidad para conectarse da lugar al otro eje que toca la cinta: El encontrar tu lugar en el mundo.



Así, pasando de centrarnos en la familia a enfocarnos en una perspectiva más “universal” y bastante inspirada en La bella y la Bestia, en Belle Mamoru Hosoda ha tenido como pocas veces la oportunidad de mostrar el espejo en el que vivimos hoy por hoy, con la cruel realidad en la que nos sentimos solos y por otro lado con el mundo virtual en el que podemos estar conectados y ser quienes queramos ser. Y claro, también hay critica respecto a dicho tema en la cinta pero como el propio Hosoda ya hiciera en Digimon, aquí toma el lado positivo y utiliza la cinta para mandar un mensaje de esperanza, de cómo es que las redes sociales también pueden ser una herramienta para dar voz a aquellos que la necesiten. Todo desde ese viaje de auto descubrimiento y aceptación de sus protagonista.


"Basándome en la suposición habitual de que la animación es un medio infantil, quiero hacer películas que reafirmen el futuro, y les hagan saber que este es un mundo en el que vale la pena vivir" - Mamoru Hosoda


Además, hablando enteramente de estilo, Belle también sirve como recopilación (a nivel animación) de elementos como los planos abiertos, el ya mencionado uso de los mundos virtuales, la sobre exposición de personajes en un solo escenario, el nuevo y tremendamente poderoso uso del CGI, o esa capacidad tan dinámica de Hosoda para aprovechar dichos escenarios y llevarnos de aquí para allá (con ballenas incluidas...) y rematándonos finalmente con un nuevo recurso principal como lo es la música, haciendo de la cinta su mejor y más poderosa propuesta audiovisual hasta la fecha. Así, y aun cuando ya dije que Belle me parece una evolución en cuanto a cómo quiere contar historias, también siento que se siente menos íntima y mucho más poderosa y universal que sus antecesoras...





No, Mamoru Hosoda no es el nuevo Miyazaki. Y comienzo con tal afirmación porque creo que lo hecho por este director es más que suficiente para dejar de encasillarlo en dicha posición. Con un estilo y una visión en constante evolución, una lista de obras llena de éxitos y una enorme y tremenda capacidad para transmitir el valor de las relaciones humanas así como el sentir y el cambio de la vida, Hosoda quizá jamás llegue al nivel de complejidad que otrora tuvo Shinkai, o quizá tampoco llegué a la repercusión del propio Miyazaki... y sin embargo, "infantil" o no, haciendo uso de la fantasía así como de la sencillez al crear relatos, Mamoru Hosoda seguirá siendo un genial contador de historias, aquel que nos recuerda la importancia de los vínculos que forjamos y de aquello que nos hace sentir humanos...



Fuentes consultadas:

https://www.fotogramas.es/noticias-cine/a26066373/mamoru-hosoda-peliculas-quien-es/
https://www.metroworldnews.com/noticias/2022/01/20/mamoru-hosoda-belle-fue-una-oportunidad-para-hablar-de-temas-que-me-preocupan/
https://animacionparaadultos.es/mamoru-hosoda/

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2 Comentarios

  1. Hola Jules!
    Yo soy muy mala recordando nombres de directores y la verdad me fijo re poco en ellos, me doy cuenta de que he visto cosas de ellos cuando le pongo las etiquetas a mis entradas en el blog XDDD, pero este tiene una extensa carrera según veo. Me gusta el concepto que maneja porque la familia es algo importante, donde la calidez y el amor deben estar presentes, me alegra que presente eso en las obras que ha dirigido. Gracias por compartir sobre este director.

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    1. Hola Saku!
      Me alegra que te haya gustado el texto, creo que Mamoru Hosoda es de esos directores a los que se debe honrar a cada oportunidad, tanto por su trayectoria como por la forma y el eje que ha ido presentando tal como dices... Ojala puedas ver unas cuantas de sus películas! (aunque supongo que ya has visto varios XD)

      En fin, como siempre muchas gracias por pasarte a leer y comentar ^^
      Saludos!!

      PD. Las etiquetas también me han salvado varias veces jajaja

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