Un tenue llanto se escucha en la habitación, un par de ojos la observan
curiosos y para Hana es el momento más feliz de su vida. Pero todo cambiará
con la muerte de su esposo y será entonces cuando ella muestre todo su coraje
y empeño para darle una maravillosa vida a sus hijos.
Porque esta es una historia sobre la familia, sobre el crecer y sobre
los retos y alegrías de la maternidad... Esta es la maravillosa hisotria de Mamoru Hosoda:
Wolf Children.
Wolf Children
Ookami Kodomo no Ame to Yuki
|Año: 2012|
|117 min|
|Director: Mamoru Hosoda|
|Studio Chizu|
|Drama, Fantasía, Romance|
Ame y Yuki son dos hermanos comunes y corrientes, o bueno lo serían si no fuera por un pequeño detalle: Son mitad humanos y mitad hombres lobos debido a la herencia de su difunto padre. Así que junto a su madre Hana, quien es su unica familia, los chicos irán creciendo y enfrentando ambos lados de su vida al tiempo en que se nos plantea una poderosa pregunta: ¿Qué es capaz de hacer una madre para sacar adelante a sus hijos?...
Ookami Kodomo no Ame to Yuki también conocida como Los niños lobo Ame y Yuki o
simplemente como Wolf Children, es la 3er producción personal del reconocido
director Mamoru Hosoda (antes trabajó en franquicias como Digimon) siendo
estrenada en 2012 tras La chica que saltaba a través del Tiempo y Summer Wars y
convirtiéndose en la primer película del estudio Chizu, creado por el propio
Hosoda. Dentro del staff a cargo podemos encontrar además del propio Hosoda a
Yoshiyuki Sadamoto (FLCL, Great Pretender) a cargo del diseño de personajes,
Hiroshi Ohno (Usagi Drop, Akira) en la dirección de arte, Osamu Mikasa
(Dororo, Kiznaiver) en el diseño de color y Masakatsu Takagi (El niño y la
Bestia) al frente de la música.
La historia de Wolf Children comienza con Hana, una estudiante universitaria dedicada y centrada en el trabajo quien cierto día encuentra a un joven misterioso en su clase, quedando de inmediato intrigada por su presencia y comportamiento. Sin embargo, lo que en un comienzo es solo curiosidad pronto cambia y tras un primer encuentro poco afortunado y una posterior convivencia entre ambos, ellos pronto se enamoran y él decide contarle su mayor secreto: es un hombre lobo, ultimo descendiente de los lobos exterminados en Japón, con lo cual le dice que entenderá si Hana decide alejarse de él. Claro esta, la decisión de Hana resulta todo lo contrario pues aunque con duda, ella no se deja intimidar por este hecho y es así como comienzan a vivir juntos y dichosos. Y su felicidad crece cuando ella queda embarazada de una niña a la que llaman Yuki, completando su pequeña gran familia al año siguiente con el nacimiento de un niño llamado Ame. Es así como ambos llevan una vida feliz y completa junto a sus bebes... o al menos así sucede hasta que el padre de sus hijos repentinamente muere ahogado. Ahora Hana tiene frente a ella la misión de criar sola a sus hijos, aprendiendo en el camino cosas buenas y no tan buenas que la ayudarán a afrontar todos los desafíos que implican 2 pequeños niños lobo...
El trabajo más satisfactorio del mundo
Y con esta premisa es que hemos de adentrarnos en la particular (y la que sería una de muchas) historia y visión de Mamoru Hosoda respecto a los lazos familiares, en este caso el de la maternidad. Porque durante las casi 2 horas de metraje seremos testigos de la vida de
Hana al lado de sus hijos mitad humanos y mitad lobos, teniendo como eje
narrativo (al menos en la primera parte del filme) los esfuerzos y baches que tendrá que
ir atravesando Hana para sacarlos adelante: El conseguir una nueva casa,
obtener alimento y cosas tan básicas como educarlos para comer o llevarlos a dormir serán el pan de
cada día para la nueva madre soltera. La cosa claro, no será tan fácil teniendo a 2 hijos lobo y Hana deberá redoblar esfuerzos con el fin de que crezcan a salvo y felices, de la manera más natural posible, teniendo algunas escenas que marcan dicha situación de manera más profunda, como cuando debe ir al médico a tratar a Yuki y esta indecisa sobre elegir un hospital humano o una clínica animal, resultando en una dualidad bien tratada y que se construye de a poco.
Y es aquí cuando se notará de mejor
manera el ritmo entre drama y comedia por el que apuesta Hosoda, brindando la
intimidad y naturalidad suficiente a cada momento entre madre e hijos, sucesos
felices, tristes y algunos de duda por parte de la pequeña familia que sin
embargo, se verá apoyada por secundarios como lo son sus nuevos y alegres
vecinos una vez se mudan de la ciudad al campo.
Gracias mamá...
Pese a todo, si en algo se diferencia y sobresale la obra, es en su enfoque a
la otra parte de la maternidad (y de tener hijos en general), esa etapa
alejada ya de los recuerdos de infancia y en donde muchos de nosotros hicimos
sufrir a mamá: La adolescencia y consecuente madurez. Porque es aquí cuando se forma el criterio y las bases de lo que eventualmente
será la vida adulta y en el caso de Ame y Yuki, donde decidirán su propia
identidad, cambiando sus maneras de infancia y volviéndose el extremo opuesto:
ya sea lobo o humano. Es en esta segunda mitad también (o mejor dicho por consecuencia) en donde Hana pasará a ocupar
un lugar menos estelar pero igual de presente, afrontando ahora la tarea de ayudar a sus hijos a encontrar su camino peor siempre desde un plano secundario (que no menos relevante): Que si Ame ya no quiere asistir al colegio, o que Yuki empieza a sentir curiosidad por los chicos, o que ambos tienen días en los que no cruzan palabra y se comunican casi a gritos... Hana siempre se mantiene como el apoyo de ambos, aún cuando las dudas vuelven y ella misma debe enfrentar los probemas de ahora, no saber bien como comunicarles su afecto o de guiarlos en su accionar.
Y nuevamente aquí somos testigos del tacto de Hosoda, en este caso para
retratar la profundidad de dicho tópico sin caer necesariamente en falsos
sentimentalismos o decisiones forzadas por parte de los hermanos, brindando
tiempo y espacio para que cada uno vaya descubriendo lo que de verdad les
gusta y de poner a Hana como esa voz casi silenciosa pero siempre preocupada por ellos. Por ello es por lo que Wolf Children se queda cerca de ser una obra maestra,
pues aunque tiene algunos momentos apresurados el resto de la película es
incontestable, con el equilibrio y tiempo perfecto entre sus partes como para
atraparnos dentro de la historia, resaltando la importancia materna tanto en
la infancia cuando se adquieren los valores, como sobre todo en la
adolescencia que es cuando más dudas e inseguridades se tienen; la primera es
laboriosa pero disfrutable, la segunda es verdaderamente complicada y la que
mayor voluntad requiere. Cosa bastante curiosa el que Hosoda no pudiese
repetir el nivel de naturalidad después en El niño y la Bestia...
Pero Wolf Children no solo maneja el estilo narrativo futuro de Hosoda sino también el avance en las bases de su animación y eso se
refleja en el aspecto técnico, con un trabajo cortesía de Yoshiyuki Sadamoto
en el que los diseños de cada personaje siguen el estilo característico de estudio Chizu, con
caras redondeadas, con facciones suaves y que otorgan esa sensación de
fantasía propia del Niño y la Bestia o de Summer Wars. Y esto no es algo
estático pues la variedad de expresiones faciales es suficiente para lograr
transmitir los cambios y el crecimiento de Ame y Yuki volviéndose algo
orgánico y que se complementa muy bien con el otro punto maestro: los
escenarios. Porque así como en Summer Wars fue una casa laberíntica, en La chica que
saltaba a través del tiempo una colina y en El niño y la Bestia el mundo
animal, aquí Hosoda juega con la amplitud propia del campo, mostrando la
armonía entre la casa familiar y las laderas del bosque, y lo hace empleando
todo tipo de recursos, desde tomas abiertas, secuencias prolongadas y sobre
todo, enfoques y planos de cámara que potencian cada espacio y cada luz y
sombra. Mención especial a la secuencia sin corte en la que se muestra como
Ame y Yuki van avanzando de grado escolar, una escena en donde el director no
mueve los elementos pero sí intercala la vista y ese simple hecho permite
jugar con la narrativa y acelerar los hechos.
En cuanto al aspecto sonoro cortesía de Masakatsu Takagi, Wolf Children
apuesta por lo instrumental, alejándose de los potentes coros y regalándonos a
cambio voces tenues pero directas, cargadas de sentimiento y acompañadas de
delicados pianos y cuerdas que nos abrazan y nos entregan esa melancolía de
estar presenciando los momentos de la infancia. Ejemplo claro de ello son las
conmovedoras "Meguri" y "Ubugoe" o la más íntima "Anata ga Amu Sekai" sin
olvidar la divertida "Gasabura Taata". Sin embargo, lo mejor no llega sino
hasta el final de la película y con la tierna carta de amor que es "Okaasan no
Uta" un suave arrullo que no solo despide, también rememora y agradece por
haber sido parte de la vida de la madre, una sutil pieza que lejos de caer en
el cliché entrega una "narración" tenue, sin gritos pero con la profundidad
necesaria para tocar al espectador en lo más profundo. En fin que es el mejor
ejemplo del tacto que tiene Hosoda y compañía para presentar algo tan
complejo y puro de manera indirecta (y que pese a lo "sentimental" realmente
funciona...)
Wolf Children es sin lugar a duda, la película más emblemática de Hosoda,
quedando cerca de ser una pieza maestra (como sí lo es Minari). Y lo es gracias a esa enorme virtud del director para transmitir lo que es la familia y lo que implican sus relaciones. Con una
narrativa tierna, intimista, que nos entrega melancolía sin renunciar a la
alegría; unos personajes entrañables y que coexisten con sus virtudes y
defectos, un trabajo técnico que apela y refina el estilo de su autor y un
aspecto sonoro que brinda el cierre perfecto, Wolf Children es un excelso
retrato de la maternidad, un recuerdo de lo mucho que debemos a esa persona
que nos trajo al mundo... Y aunque ciertamente jamás podremos pagarle, este
podría ser un buen momento para ir y abrazarla, llamarla o porque no...
Agradecerle por todo.
8.5
No importa cuál de los dos caminos escojas,
Probablemente ya no pueda mirarte desde lejos
Algún día, cuando emprendas tu viaje,
Seguro que te despediré con una sonrisa...
-Wolf Children
4 Comentarios
hola!
ResponderBorrarque buena e informativa te ha quedado la reseña ^^ aunque ya la vi, no see mucho sobre cosas técnicas, así que siempre es divertido informarse de estas cosas n.n
saludos
Hola Xing!
BorrarSí, ya tuve oportunidad de leer tu reseña y me sirvió un montón para entender mejor la película! Así que me alegro de haber podido hacer que te divirtieras con la parte técnica ^^
Muchas gracias por pasarte a leer!
Saludos :)
¡Holaaaaa!
ResponderBorrarAWWWW MADRE MÍA ADORO ESTA PELÍCULA *_*
Muchas gracias por traerla al blog, viendo tu opinión me he acordado mucho... ains, sin duda es triste y a la vez preciosa, te hace de verdad apreciar el trabajo de las madres, de verdad que la terminas y te entran ganas de ir a abrazar a la tuya jajaja
PD: no conocía tu blog pero desde ya te sigo :)
¡muchos besos!
Irene - Que la suerte esté siempre de vuestra parte
Hola Irene!
BorrarAntes que nada, bienvenida al blog! Ojala puedas divertirte con los artículos y quizá encuentres alguna obra que te interese, tal como esta! Jajaja Y es que tal como dices, es triste pero genialmente ejecutada a la vez :)
Me alegra que esta reseña te haya recordado aunque sea un poco tu sentir por la obra...
En fin, muchas gracias por leer! Saludos ^^