DEVILMAN CRYBABY | Reseña

"La gente me despreciaba, y tú...  tú eras un llorón. Llorabas por el dolor ajeno y eso es algo que no comprendía, incluso cuando me dijiste: tú también lloras Ryo... seguí sin entenderte, sin saber que tristemente tenias razón y que sí... Yo también lloro..." Este es uno de los mensajes más desgarradores que presenta la serie a la que dedico esta entrada, una serie que arriesga y propone, homenajeando la obra de Go Nagai y presentándonos una historia del bien y el mal, de humanos y demonios en donde ninguno se escapa de sus pecados, esto es.... Devilman Crybaby.

Devilman Crybaby

|Science SARU|Invierno 2018|

|10 Episodios|ONA|

|Acción, Sobrenatural, Horror|

Akira Fudo es un joven común y corriente (también bastante sensible) que se entera gracias a su mejor amigo Ryo Asuka del retorno de una antigua raza de demonios, quienes persiguen su objetivo de conquistar el mundo de los humanos. Debido a esto, Akira se deja convencer por Ryo para tomar control de un demonio llamado Amon con el fin de usarlo como arma y combatir el mal. Es así que la batalla de Devilman y Akira comienza...

Devilman Crybaby es el nombre de la adaptación al manga original de Go Nagai "Devilman" que también tuvo una adaptación animada en 1972. Lanzada en Enero de 2018, Crybaby también puede considerarse como un remake a esa serie de los 70 aunque con una mayor fidelidad a los sucesos del manga. Fue producida por el aclamado estudio Science SARU, en conjunción con el todo poderoso del streaming: Netflix. Esto supuso la primer colaboración con uno de mis directores favoritos: Masaaki Yuasa (Kaiba, Ping Pong The Animation), a quien esta obra impulso definitivamente a una exposición internacional, aun cuando antes ya había firmado obras de la calidad de The Tatami Galaxy. Posteriormente volverían a hacer mancuerna para Japan Sinks 2020. Otros nombres del staff también incluyen a Ichirō Ōkouchi (Princess Principal, Mobile Suit Gundam) quien se encarga de adaptar el guion, Pyeonggan Heo (Durarara!!, The Tatami Galaxy) como creador del storyboard y a Eriko Kimura (The Wind Rises, Ping Pong The Animation) como directora de sonido.

La historia comienza con una secuencia por demás reveladora: Oscuridad total, breve pero profunda... de un momento a otro surge la luz y somos testigos de la destrucción de un planeta. Todo acompañado de una significativa frase: "El amor no existe, tal cosa es imposible... y por eso, algo como la tristeza tampoco existe"... esta frase resuena en el espectador y marca el inicio de Devilman Crybaby una historia llena de locura y que a lo largo de sus 10 episodios de duración, nos pone tras los pasos de Akira Fudo, un joven que se caracteriza por ser el típico chico sensible, de buenos sentimientos y que se preocupa por todos los demás pero que por lo mismo tiende a sufrir y sentir tristeza por el dolor ajeno; él vive con la familia de su amiga Miki Makimura debido a que sus padres están fuera por trabajo. Además tiene un amigo, un gran amigo llamado Ryo el cual, tras muchos años lejos del chico, se reencuentra con él solo para revelarle (así como así) una terrible verdad: Ryo le dice que los demonios buscan conquistar el mundo y para detenerlos, Akira debe tomar control de uno de estos seres y así, convertirse a si mismo en un Devilman y pelear contra el mal. Tan apresurado como parece, esto marca el inicio del conflicto central y el comienzo de una lucha contra los demonios en la que por cierto, nuestro protagonista será testigo de la cruda verdad tras la humanidad y llegará a estar al borde de la desesperación debido a las perdidas que irá sufriendo...

Man Human

Es así como durante la serie seremos testigos de la batalla (o mejor dicho caza) por parte de Akira hacia los demonios cada vez más presentes en la tierra, siendo guiado por las misteriosas razones de Ryo mientras conoce más acerca del porque debe proteger a la humanidad y de las intenciones de dichos seres, dándonos a cada episodio enormes dosis de batalla llena de sangre y muerte por doquier entre el héroe Devilman y sus enemigos. Así pues, con Crybaby estamos de primeras ante (disculpen mi definición...) una masa llena de frenetismo, un glorioso caos audiovisual cuya historia es todo menos simple. Con una narrativa llena de profundidad que, aunque inicia apegada a dicho conflicto del bien vs mal, héroe convertido vs demonios ya presente en la adaptación anterior, de a poco va cambiando hacia un conflicto mucho más interno y que juega de manera descarada (aunque algo fallida) la ya conocida cuestión sobre la verdadera esencia del alma humana, haciendo que el espectador se vaya preguntando de a poco: ¿De que somos capaces cuando enfrentamos momentos decisivos?¿Quienes son los verdaderos demonios aquí? 

Todo gracias a los distintos sucesos que van apareciendo en el camino de Akira y que resultan en perdidas a través de sus seres cercanos así como de los propios enemigos demoniacos, demostrando de paso las muchas caras de cada uno: Desde Miki y su inocencia y deseo de confiar en todos, su amiga Miku y su caso de envidia hacia la propia Miki, Ryo quien simplemente diré que es el personaje con mayores miedos... incluso personajes secundarios como la familia de Miki y Akira sufren y se ven envueltos en situaciones brutales (y que dejaran en shock a más de uno) que sirven como reflejo del desasosiego, el odio y la soledad humana, marcando un papel más relevante en las acciones y caprichos de los personajes secundarios y dotando así a la serie de un curioso ensayo sobre moralidad poco presente en el pasado y en que repasamos temas como la amistad, la familia, la venganza... Pero volviendo a Akira, además de ser el centro de cada suceso (aunque no lo parezca en un principio), conforme avanzan los episodios y se va enfrentando cada ves a más demonios, también va cambiando su forma de ver el bien y el mal, siendo consciente de que debe luchar contra esto último pero preguntándose cada vez más quienes son los verdaderos villanos: los demonios que buscan destruir la humanidad para vivir tranquilos o los propios humanos quienes no dudan en matarse unos a otros con tal de sobrevivir. Este conflicto se ve potenciado por el carácter propio del que dotaron a Akira, con esa preocupación innata por otros y que  juega como contrapunto a su  propia naturaleza demoniaca al convertirse en Devilman, recordándonos que Akira es un demonio con corazón humano, que sufre y se entristece por el sufrimiento de humanos y demonios por igual, que llora por ellos, deseando que dejen de destruirse a si mismos. Así, Crybaby se separa del marco original y plantea una cruda verdad bañada en violencia: La realidad, es que más allá del sufrimiento de humanos y demonios, todos hacen el mal, nadie sale bien librado y por tanto, no hay victimas... todos somos villanos y estamos destinados al caos y la destrucción, a ser consumidos por nuestros demonios tanto reales como figurativos... 

Netflix al servicio del Anime

Devilman Crybaby también tiene otra gran virtud: su enorme apuesta por contar su historia sin tapujo alguno, mostrando todos los elementos que sean necesarios con tal de hacer llegar el mensaje, cosa importante cuando de una obra del calibre de Devilman se trata y que aquí logra una adaptación que muestra de manera creíble los aspectos más contemporáneos al tiempo que mantiene la esencia original del manga, superando no solo la estética de 1972, si no también su capacidad de llegar al espectador y quedar alojado en su cerebro. Desnudos, masacres, canibalismo... son solo algunos de los temas mostrados en la serie y, pese a lo que se puede considerar como un gancho en aras de atraer al publico, el riesgo de mostrar esto se convierte en una poderosa baza para la narrativa, haciendo que la crudeza de lo que estamos viendo llegue integra a nuestra mente y que desde el episodio 1 quedemos a merced de la intriga que se nos muestra: una serie brutal, directa y caótica que parece más un producto autoral que una serie mainstream en muchos momentos.

Y es aquí donde entran 2 elementos fundamentales que, aunque hoy en día se den por sentado o como cosa natural, hace casi 5 años resultaba en algo novedoso y que lograba tremendo resultado: el primero es Netflix, cuya apuesta no podría haber salido mejor y cuya presencia permitió no solo una mayor exposición, si no también, una total libertad creativa que de otra forma no hubiese sido posible en TV y que impulsó el trabajo del 2do elemento: Masaaki Yuasa. Este tremendo director que a lo largo de su carrera se ha caracterizado por proponer cosas distintas, principalmente a nivel animación y entregando trabajos sobresalientes cada que adapta alguna historia. Y creo firmemente que Devilman Crybaby aunque imperfecto, logra condensar varias partes de su camino como realizador. Permítanme explicarme: no es que Crybaby sea su mejor trabajo, o el de más bella tesitura (The Tatami Galaxy y Ping Pong the Animation me parecen superiores) pero sí el que logra cohesionar todos los elementos vistos antes: desde la imaginativa y trasfondo moral de Kaiba, el desenfreno y trazo de Kemonozume (aunque aquí es más fino), los planteamientos existenciales al estilo de Tatami Galaxy y el mensaje de amistad exhibido en Ping Pong. Todos y cada uno de estos elementos se conjuntan para lograr una serie caótica sí, pero tan satisfactoria como violenta y que logra aprovecharse del material fuente para explotarlo en formato animado. 

Lo malo: Crybaby no es de esas obras para todos, siendo el tema de la violencia prolongada y la exposición sin censura sus puntos más polémicos, haciendo que muchos se alejen de su visionado debido a sus cargadas escenas de sexo y sangre. Otro aspecto a tomar en cuenta, es el tremendamente apresurado ritmo narrativo, pues en apenas 10 episodios se nos cuenta una historia con varios frentes y conflictos en cada personaje, los cuales si bien se van hilvanando de a poco, no terminan por cerrar exitosamente. Esto puede achacársele tanto a la propia intención de la obra y de Yuasa de generar un caos total y que nos impacte de inmediato, como también a la fuente original, pues el propio Go Nagai acelera el final en el manga. Pese a todo esto, personalmente quede fascinado por este ritmo, pues segundo a segundo era asaltado por escenas llenas de acción y/o de revelaciones una más impactante que la anterior; aunque ya llegados al final...

Pasando al apartado técnico, la animación es uno de los puntos más diferenciadores de Crybaby, provocando que muchos espectadores desistieran de ver la obra, tildando el dibujo de grotesco y deforme; es sin embargo, dentro de ese caos exagerado que muchos otros encontramos lo mejor de la serie, quedando maravillados por su propuesta cargada de violencia y de movimientos frenéticos por parte de los personajes. Este aspecto del diseño fue realizado por Ayumi Kurashima quien logra personajes cargados de identidad propia, dotándolos de un aspecto físico distinto, con un trazo que ya se ha vuelto característico en las obras de Yuasa, y que en la serie dan la perfecta renovación a los diseños de la serie original. Caso especial el de Akira, pues en cada una de sus formas, logra remarcar la identidad y personalidad del protagonista en ese momento, manteniendo además su característica capacidad de llorar. También están muy bien diseñados los cuerpos de los demonios, otorgándoles un gran nivel de detalle pese a su inherente deformidad. Crybaby en todo momento apuesta por el movimiento sobre la estética, manteniendo el principio de Yuasa y logrando secuencias llenas de acción descontrolada y con movimientos exagerados en pro de la historia (y que en este caso aluden a la animación de antaño). Los fondos por otro lado, están cargados de una permanente paleta oscura, logrando que el juego de luces y sombras sobre salga y la obra se impregne de angustia y remembranza al mismo tiempo; todo trabajando en conjunto para crear una potente atmosfera...

En cuanto al aspecto sonoro Crybaby es, literalmente, fuego cruzado de sintetizadores y torna mesas, convirtiendo la música electrónica en el pilar sobre el cual se apoyaran los momentos mas poderosos de la obra. Cortesía de Kensuke Ushio, tenemos ante nosotros casi 50 distintas piezas repletas de poderosos bajos y con un ritmo lleno de frenesí, sobresaliendo temas como "D.V.M.N", "Crybaby" o "Smells Blood" como prueba del poder de este OST. Además de estas tenemos otras más llamativas, tal es el caso del OP "Man Human" que funciona como una apertura oscura y que nos adentra al mundo de la obra y la ya famosa "Judgement" presente en cada gran escena, dotando a la serie del suspenso necesario, incluso tenemos piezas con un tono más alegre, como la divertida "Wishy Washy" o la rítmica "News Anchor". Caso aparte es la genial "Devilman no Uta", remix del tema de apertura clásico y que sustituye las trompetas originales para dar paso a un rítmico y vigoroso fondo electro techno. Además hay que resaltar los brutales raps que presenta la serie y que sirven como un golpe de critica rotundo a todo lo que significa nuestra sociedad hoy en día. En pocas palabras, el OST de Crybaby es una experiencia por si solo. 

Devilman Crybaby fue sin lugar a dudas, el primero de los grandes estrenos que tuvimos desde la gran N y que a la postre impulsaría a muchos otros en años posteriores así como al propio Yuasa al foco de atención mundial. No, no es perfecta y en cierta forma su manejo comprimido y más ambicioso de lo necesario es lo que a la postre la hunde; aun así no puedo dejar de pensar que ha sabido adaptar a los tiempos modernos la obra de Go Nagai (con sus cosas buenas y malas). Con una historia que se cuenta de manera frenética, una animación única que demuestra todo el estilo y potencia de su director, un tremendo OST repleto de electrónica y un trasfondo que nos deja pensando sobre lo que significa realmente ser humano, Devilman Crybaby es una obra brutal. Quizá de haber concluido mejor, estaríamos ante un nuevo clásico moderno...

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Me gustaría llorar por ti, pero mis lágrimas se secaron.

-Akira Fudo