4:05 de la tarde, en medio de la calma y la cotidianidad, el vuelo de un
avión nos introduce en el momento, los pasajeros de dicho vuelo ríen y
conversan como quien tiene toda la vida por delante para disfrutar; afuera,
el océano bambolea suaves olas de un lado a otro y las aves comienzan a
volar frenéticamente... todo está a punto de cambiar. Un grupo de jovencitas se encuentran en el vestidor tras su práctica de
atletismo cuando reciben el fatídico mensaje: Alerta sísmica. Unos
segundos después, todo es caos, un terremoto ha impactado el lugar y ahora lo
único que queda a la vista es polvo levantándose, personas muertas y
edificios, muebles, el suelo mismo cayendo entre las enormes sacudidas;
ya no más felicidad, solo desesperanza y la búsqueda por
sobrevivir.
Así son los primeros minutos de la nueva obra de Masaaki Yuasa, una
historia que busca presentar el fin de una sociedad como consecuencia de un
desastre natural y la forma en que se reacciona ante ello, desnudando en el
camino las 2 caras del alma humana... así es Japan Sinks 2020.
Japan Sinks 2020
|Science SARU|Verano 20202|
|10 Episodios|ONA
|Drama, Sci-Fi|
Año 2020, Japón está preparándose para celebrar las olimpiadas, todo mundo aguarda expectante y ansioso por lo bueno que puede llegar a ser. Sin embargo, de un momento a otro todo cambia, un fuerte terremoto sacude al país y segundos después lo único que Ayumu Muto puede ver ante sus ojos es destrucción, escombros y el hundimiento de Japón.
Logrará la nación reponerse a esta catástrofe?, ¿Cómo afrontarán la cruda realidad que ahora los envuelve? Pues esto es lo que nos enseñará Japan Sinks 2020...
Japan Sinks 2020, también conocida como Nihon Chinbotsu, es la más
reciente serie del aclamado autor
Masaaki Yuasa
y su estudio Science Saru, en colaboración con un viejo conocido:
Netflix. Esta mancuerna ya nos había entregado la fascinante
Devilman Crybaby y ahora repiten con la adaptación de la obra
original de Sakyo Komatsu, publicada por primera vez en 1973 y que
hace alusión al supuesto gran terremoto que azotará Japón en el
futuro. En esta ocasión, Yuasa se rodeó de gente como
Pyeon-Gang Ho (Devilman Crybaby, Night is Short, Walk on Girl) quien
funge como director (mientras que el anterior es principalmente supervisor),
así como de Toshio Yoshikata en la adaptación del guion y
Satoshi Hashimoto (Death Note, Perfect Blue) en el diseño de colores,
conjuntando un más que decente staff.
El año es 2020 y el lugar, es Japón, una de las naciones mejor preparadas a
nivel social para afrontar casi cualquier situación y que, sin embargo,
ahora está en ruinas tras el terremoto sufrido hace unos instantes; las
personas están mayormente en shock, jamás pensaron que esto pudiese pasar y
ahora no saben muy bien que hacer.
Nosotros nos centramos en la familia Muto, integrada por los padres Mari y
Koichiro y sus 2 hijos: Ayumu, la hermana mayor quien sueña con ser
corredora olímpica y Go, el menor que se pasa el tiempo en los vídeo juegos,
proclamando lo genial que sería participar en los e-games. Será a partir de
estos 4 individuos, de esta familia, que la historia nos ira mostrando todo
lo que el gran terremoto ha provocado a una nación que parecía estar lista
para celebrar la fiesta olímpica y que ahora está sumida en el más profundo
desastre, convirtiéndose en una lucha por la supervivencia donde, como
veremos más adelante, todo cambia y todos pasan a ser menos civilizados,
mostrando su verdadera esencia.
Es así pues, que la familia irá viajando (o mejor dicho escapando) a
través de las ruinas de lo que alguna vez fue su hogar, con el fin de buscar
agua, comida, un refugio, cualquier cosa que pudiese dar alguna esperanza y
algún indicio de cómo y por qué es que ha ocurrido esta catástrofe y cuando
(si es que hay un cúando) todo volverá a la normalidad. Claro está que no
viajarán solos y a lo largo de los 10 episodios de duración de la serie, se
irán encontrando con nuevos personajes, dejando en el camino algunos otros y
en general, permaneciendo siempre en grupo, en familia (de sangre o no, eso
poco importará).
La serie cuenta con varios puntos interesantes, siendo el primero de ellos
su similitud con nuestra situación actual. Cierto que la obra no
habla sobre un virus y tampoco se nos presenta una pandemia o a nivel
mundial, pero sí que habla sobre tragedia y sobre todo, nos muestra que (al
igual que lo probo el Coronavirus)
todo aquello que conocemos, puede cambiar de un momento a otro, sin
avisar y dejando profundas huellas en cada uno de nosotros,
tanto como sociedad como a nivel individual. Esto en particular, me ha
tocado de manera distinta, pues como mexicano, vi como mi nación atravesaba
por el terremoto acontecido en 2017 en nuestras tierras.
De la misma forma, Yuasa apuesta por una obra sin una identidad única, con
personajes multirraciales que no hacen sino reforzar la idea de que las
catástrofes no son propias de una sola nación y que, por sobre todas las
coas, somos humanos; antes de definirnos como hombres, mujeres, blancos, de
color, ricos o pobres... todos somos seres humanos y todas las vidas
(tristemente olvidado en la realidad) tienen el mismo valor. Lamentablemente
este punto también puede volverse en contra de la obra pues hay detalles
(como el constante hablar en ingles de Go) en el que sí se echa en falta el
sentido de pertenencia a la tierra propia (máxime cuando se ensalza y se
critica (por igual) de manera feroz pero acertada, a la sociedad
nipona)
La esperanza ante el desastre
Sin embargo, quizá la base más importante de la serie sean los personajes,
convirtiéndose indudablemente en el punto crítico de la obra (tanto para
bien como para mal) y siendo estos los encargados de mostrarnos
las dos caras de la moneda: el lado más humano y real, aquel que
puede ser horrible, frío y sumamente individualista cuando llega el momento
y lo único importante es sobrevivir, y también ese otro al que apela la
obra, ese donde dejamos de pensar por un momento en nosotros y tendemos la
mano a aquel que está a nuestro lado.
Esto se ejemplifica estupendamente en uno de los primeros episodios de la
serie: En primer lugar se nos muestra una escena donde Ayumu tropieza con
una lata de conservas y, en lugar de ayudarla, el resto de las personas se
abalanza sobre dicha lata, insultándose y peleando por adueñarse del
alimento antes que el otro, mostrando de lo que somos capaces ante la
desesperación.
Unos momentos más adelante, el marco es muy distinto: Ayumu sigue estando
en escena pero ahora ella es quien ofrece la única botella de agua restante
a una pareja de ancianos, privándose de un recurso importante con tal de
ayudar a otros en su misma situación... no todo está perdido, el corazón
humano sigue pesando más.
Japan Sinks también posee una alta dosis de dramatismo, potenciado a través
de muchas (y muy crueles) muertes acontecidas conforme avanzamos en la
trama, resultando en ganchos inmediatos que atrapan al espectador y que nos
invitan a reflexionar sobre aquello que de verdad vale la pena en la vida:
la familia. Y esto también se extiende a la relación de hermandad, aquí
reflejada de manera adecuada a través de Ayumu y Go, mostrándonos como es
que poco a poco van madurando y entendiendo que al final, solo se tendrán
entre ellos.
La obra sin embargo, también tiene algunas (y muy destacadas) fallas,
principalmente en su narración; aspectos como la falta de coherencia al unir
los sucesos o la poca credibilidad en algunas cosas (Kite de verdad puede
hacer todo?) se aúnan a una narrativa que por momentos se muestra poderosa y
al instante siguiente nos presenta algo tan alejado y sin significado (al
menos para el propósito final) como una secta secreta o un ejército anti
racial al más puro estilo de la segunda guerra mundial. Lamentablemente (y
aunque me cueste admitirlo) esto no es algo nuevo dentro de la obra de
Yuasa, mostrando una tendencia a crear grandes obras que luego se desmoronan
en los episodios finales, perdiendo el poder y la tensión de sus inicios. De
todo esto, Japan Sinks nos resulta en una historia sumamente ambiciosa y con
un eje poderoso pero que pierde bastante valor al avanzar la trama, dejando
la oportunidad de mostrar un verdadero mensaje de unión ante la
adversidad.
En el apartado de animación destaca la reminiscencia en el trazo a obras
como Kemonozume, con escenas donde los movimientos de los personajes
se ven marcadas con una profunda distorsión en los rostros, esto sin
embargo, no está del todo bien logrado pues a veces parece que fueran
escenas a lo Naruto Shippuden (aquellos que recuerden la pelea contra
Pain comprenderán) lo cual causa que sea algo poco orgánico. En lo referente
al diseño de personajes, cortesía de Naoya Wada, también vemos una
influencia más que clara (casi una copia) a lo visto en la otra obra de
Netflix del mismo autor: Devilman Crybaby, llegando al punto en que, tanto
la sensei de la protagonista, como sobre todo la propia Ayumu y el todo
poderoso Kite, son retratos casi idénticos a sus contra partes en la serie
ya mencionada. Los escenarios por otro lado son quizá lo mejor a nivel
técnico de la serie pues son lo contrario al diseño de personajes: más
estética en vez de movimiento, logrando (aquí sí) un gran resultado a través
del trazo fino y lleno de detalles ya mostrado en
Kepp your hands off Eizouken y que aquí sirve como
plataforma para lograr fondos llenos de caos, destrucción y desorden,
totalmente acordes al mensaje de la obra.
El OST, cortesía de
Kensuke Ushio (Koe no Katachi, Bogiepop) también es una
carta bien jugada por parte de la obra, mostrando ritmos llenos de angustia
y que generan la expectación suficiente para que estemos al borde de la
silla, pero sin que haya un tema que resalte sobre los demás. Caso aparte
merece el OP "A life" de la cantante japonesa Taeko Onuki el
cual sirve como un bello contra punto a todo el frenetismo que muestra la
obra.
Masaaki Yuasa es una de mis grandes debilidades dentro del mundo del anime
(y de la animación en general), siempre innovando, cada una de sus obras
nuevas nos garantizan no dejarnos indiferentes. Quizá por esto es que desde
antes de su lanzamiento, Japan Sinks ya estaba instalada como un lanzamiento
cuando menos sobresaliente... Grave error. Porque, si bien la obra mantiene
buenos niveles en apartados sonoros y visuales (con varias escenas
poderosas), también es verdad que carece, como usualmente pasa con Yuasa, de
una narrativa con cohesión que logre potenciar el eje tan humano sobre el
cual gira la historia, no me malentiendan, no es un desastre total,
simplemente tampoco es aquello que esperábamos ver.
Japan Sinks es una obra tremendamente ambiciosa, de esas que apunta a
desnudar el alma humana y sacar todos los claro oscuros que habitan en ella y esto es su perdición;
con unos primeros momentos que probablemente estén dentro de lo mejor
en la filmografía de Yuasa, lamentablemente conforme avanza la
historia, el hechizo se rompe
y esa potencia basada en la fragilidad y el desconcierto humano, se
tergiversa en varios imposibles bastante difíciles de creer, resultando en
un trabajo que busca mucho y consigue poco. En definitiva,
Japan Sinks se refleja en su propia historia: Escasos momentos de
esperanza dentro de un permanente caos narrativo.
Quiero sobrevivir
-Ayumu Muto
4 Comentarios
La vi y me gustó :D le doy el mismo puntaje
ResponderBorrartambién creo que le faltó el lado humano cada vez que perdían a un amigo/familiar
Hola Eva, Tal como dices, creo que se queda corta en la reacción de los personajes y si a eso le sumamos las cosas cuasi imposibles que luego salen... En fin, como entretenimiento es buena y siendo una obra de Yuasa pues había que esperar algún fallo de guion. Saludos y gracias por leer!
ResponderBorrarNo podria estar mas de acuerdo con tu crítica final. El primer capitulo me parecio interesante y que prometia bastante para el futuro de la serie, pero en mi caso, debo de admitir que fue una decepcion. Tampoco es que esperara mucho de la serie pero con cada nuevo capitulo ese sentimiento era cada vez mayor. Pese a ello debo de reconocer que la serie cumple con el cometido de entretener, pagando con ello el precio del sentido narativo. Y es que cpn cada capitulo el nivel de ridiculez y sin sentido crece exponencialmente. Es como si el director solo pretendiera sorprender y mantenerte con la duda de ¿Qué sera la proxima locura que se le va a ocurrir?
ResponderBorrarA esto hay que añadir un desarrollo casi nulo de personajes y bueno... Que mas añadir.
Tan solo rescataria realmente la animacion, aunque resulte algo extraña si no se esta acostumbrado a ese estilo de dibujo.
Me despido felicitandote por tu blog, gracias por tus reseñas que me permiten conocer nuevos animes interesantes. Animo y saludos
Hola,
BorrarSí, concuerdo en el caos narrativo que mencionas. Y sí, creo que Yuasa apuesta por mucho y logra poco, sinsentido tras sinsentido para al final perder lo más humano y coherente de la serie. El final, tal cual dices, se pierde porque busca tirar "felicidad" para todos y eso como que saca de balance pero en fin... es Yuasa y esta fue una obra pensada para sacar en pleno Coronavirus así que algo de "positivo" y esperanzador en el mensaje tenía que tener.
En todo caso, gracias por pasarte a leer y por tu comentario. Espero que las futuras reseñas te sigan gustando tanto como esta!!!
Saludos Chrisis :)