EDWARD GOREY: Lo macabro como Humor | ESPECIAL

EDWARD GOREY: Lo macabro como humor - 13 Fotogramas

Macabro: Que tiene relación con el aspecto más repulsivo y desagradable de la muerte. 
La anterior definición sirve como excusa perfecta para alejarse de todo aquello que el mundo etiquete como incorrecto respecto a la muerte, cosa común hoy en día (me refiero a lo de etiquetar claro). Y ciertamente también a la muerte, que sin ir más lejos es lo único seguro en la vida; pero volviendo al principio, ¿Qué pasa cuando nos ponemos a pensar en lo macabro? ¿Realmente es tan terrible como dicen? Que sí, que toca temas que nadie quisiera vivir, pero y que tal acerca de verlo, de manera poco sutil pero elegante, usada como humor... a qué la cosa suena cuando menos provocativa ¿cierto? Pues si han respondido que no, quizá es porque no conocen al humorista de lo macabro, el particular... Edward Gorey.


EDWARD GOREY 


|Edward St. John Gorey|
|1925-2000|
|Artista, Escritor, Ilustrador|
|Estilo: Ilustración Macabra|
|Obras: Los Pequeños Macabros, La pareja Abominable, El Ala Oeste, El Dios Insecto|


Edward St. John Gorey nació en Chicago el 25 de febrero de 1925. Entre sus curiosidades estaba el haber aprendido a leer a los 3 años y medio (al menos según él) y para los cinco años ya había leído dos libros que marcarían su estilo futuro: Drácula y Alicia en el país de las maravillas. Incluso su vena artística surgió a temprana edad, pues llego a decir que "Su primer dibujo había sido un triste y deformado intento de tren... los vagones parecían más una salchicha" Gorey estudió en un instituto privado de Chicago, el Francis W. Parker High, donde pronto empezó a labrarse una temprana reputación como excéntrico debido a su afición a confeccionar muñecas de trapo que luego abandonaba en el interior del primer coche aparcado que le saliera al paso acompañadas de notas crípticas e intrigantes. Sin embargo, su formación profesional se limitó a un curso de un semestre en el Art Institute de Chicago en 1942. Lamentablemente, el gusto le duro más bien poco y en 1943 tuvo que interrumpir sus estudios al ser llamado a filas. A Nueva York llegó en 1953 y desde luego, se maravilló. El caos y la cultura neoyorquina lo absorbió, iba y mucho, a ver el ballet, eso era algo que le apasionaba. La cosa a partir de ahí comenzó a escalar y en los siguientes años, casi 4 décadas para ser precisos, nos maravilló con sus peculiares creaciones, creando de a poco su leyenda como artista macabro y escritor de cuentos cuando menos extravagantes.


Su primera y peculiar mini-novela, El arpa no encordada (The Unstrung Harp) apareció aquel mismo año 1953, seguida de otras como El desván del listado (The Listing Attic, 1954), El huésped incierto (The Dubtfoul Guest, 1957), La lección práctica (The Object Lesson, 1958) y El rombo fatal (The Fatal Lozenge, 1960). Otras tantas tardaron en gestarse, como Las conjuraciones irrespetuosas (The Disrespectful Summons, 1973) o La baronesa demente de Las cuentas verdes (The Green Beads, 1978). Y un día, decidió así nada más (como solo el podía) irse de Nueva York, dejar su departamento, los bares, su amado ballet y se fue, se largó (como hubiese dicho el mismo) a Cabo Cod, una península en el extremo oriental de Massachusetts. Y así, sin más, se encerró y con él, sus 2 pasiones: sus gatos y montañas de libros. Tenía todo lo que necesitaba


Edward Gorey simplemente se desconectó, eran fines de los años noventa y, con el ronronear cada vez más presente del Internet, hizo de su vida un aislamiento offline, disfrutando de su propio paraíso. Pese a todo, siguió dibujando hasta el final, no podría haber sido diferente, su mente, a blanco y negro nunca lo abandono, seguía creando, inspirándonos. Dibujó y dibujó, sin parar, hasta que un 15 de abril del año 2000 su corazón dejó de funcionar y con ello, Edward Gorey abandonaba este mundo al que tanto humor dio.



Las influencias de Gorey son cuando menos, bastante amplias y difíciles de cohesionar en un solo grupo y es que, si algo tenia, era su ávida hambre por todo producto cultural que pasará frente a sus ojos, le encantaba leer a Borges, ver capítulos de Buffy la Cazavampiros y se moría de la risa con las películas de Jackie Chan, también el ballet, por el cual se declaraba admirador confeso y al que asistía asiduamente a Broadway. Es por eso que no es extraño ver entre sus artistas favoritos a escritores como Jane Austen, Lewis Carrol, Anthony Trollope, Lady Murasaki Shikibu, Robert Musil; de los primeros aprendió esa capacidad para crear mudos propios, mostrando cosas bizarras, pero al mismo tiempo que desbordarán un estilo muy elegante. También admiraba a pintores como Francis Bacon, Balthus, Piero de La Francesca; e incluso a artistas de ramas tan distintas a la suya como el coreógrafo ruso George Balanchine, y la lista sigue y sigue pues Edward Gorey era todo menos un tipo cerrado.




El estilo de Edward Gorey, aunque amplio y con gran cantidad de recursos, también presenta líneas bastante claras sobre las cuales se apoyaba la mayoría del tiempo. Teniendo lo grotesco y lo macabro como los trazos más reconocibles de su estilo, además hacia constante uso del aire victoriano en sus dibujos, apoyándose en trazos bien definidos dando la mayoría del tiempo, ilustraciones libres de encuadre, aunque también llego a presentar dibujos más clásicos, con marcos delimitados y largos, haciendo uso del espacio todo lo que podía. Incluso se dice que las ilustraciones siempre eran dibujadas al tamaño que tendrían definitivamente, lo cual evitaba re escalarlas para la impresión.
En cuanto a su característico dibujo en blanco y negro, Gorey dijo que fue inicialmente dictada por necesidades económicas de impresión, y al final, como él mismo dijo, acabó pensando solo en escala de grises, lo cual sin duda fue un gran acierto pues le da ese toque aún más macabro y lleno de melancolía a sus obras. Además, pese a lo que se puede creer, Gorey era muy meticuloso respecto a la narrativa, e incluso llego a admitir sentirse muy inseguro con sus dibujos; decía que su proceso creativo empezaba siempre desde la parte literaria, después, en un segundo momento, trabajaba en la visual. Esto se ve reforzado al observar la sutileza con la que usaba la prosa a la hora de escribir, utilizando viñetas sumamente contenidas, casi siempre entre 4 y 5 líneas.




Sin embargo, aunque su estilo podría parecerse a otros artistas como Charles Addams, la realidad es que eran diametralmente opuestos, pues mientras Addams abrazaba el dibujo macabro a través del uso de monstruos típicos como Frankeinstein o Drácula, Gorey presentaba sin miramiento alguno todo tipo de situaciones difíciles de tratar en la conciencia social: asesinato, masacres, abuso... y lo hacía utilizando personajes comunes y no imaginarios que habían sido creados precisamente para ser objeto de relación con los temas citados. El mismo Gorey llego a definir su estilo como su obra como “whimsically macabre” (caprichosamente macabro) y “literally nonsense”, por su sentido surrealista, dando a entender que sabía perfectamente lo que inspiraban sus obras pero que, al mismo tiempo, poco le importaba si el espectador no las recibía a la primera.
Y es que sus historias hablan de criaturas sin nombre, de muerte, de mansiones decadentes, y es cierto que el autor consigue que el lector se sienta incómodo, perturbado, siempre con la sensación de que algo terrible vaya a ocurrir. Y al mismo tiempo, utilizaba un lado irónico, falto de moral y siempre bien evidente, pero que, gracias a su elegante caricaturización, lograba que el mensaje pudiese ser recibido sin caer en el mal gusto y la depravación total.



The Unstrung Harp

También llamada "El señor Earbrass escribe una novela", esta es una obra llena de humor, que narra la vida de un escritor que trabaja desdichadamente en su próximo trabajo, pasando los días y las noches tratando de lograr una buena obra (pese a saber que no lo seria), aquí, Gorey utiliza lo más cercano al estilo del cuento, manteniendo el esquema de imagen y párrafo (más largo que de costumbre).


The Doubtful Guest

Quizá una de sus mejores obras, nos presenta la historia de una "peculiar" criatura que de la nada irrumpe en la casa de una familia y que, sin mediar palabra alguna, se queda ahí para siempre. Sobresale por su fantástica narrativa y por usar elementos contemporáneos de la cultura pop como los converse de la criatura.


The Bug Book

Uno de los más originales de este autor por 2 razones: la primera, está pensado para un público infantil (al estilo Gorey claro) y ademas, es una de sus pocas obras entintadas a color, lo cual hace una delicia del pequeño enfrentamiento entre bichos de todos los colores y un malvado escarabajo.


The Gashlycrumb Tinies

Los pequeños macabros es la primera de las 3 historias contenidas en la popular obra de Gorey "The Vinegar Works" y sin lugar a duda, también es la más reconocida de sus historias. En ella, Edward Gorey reinterpreta su particular visión del abecedario, utilizando cada letra para describir la forma de morir de un pequeño, es decir, 27 muertes, de la A a la Z, todas llenas del más puro estilo Gorey: cinismo, humor negro, poca moral y personajes a blanco y negro llenos de melancolía por lo que les avecina.


The West Wing

La última de las historias contenidas en "The Vinegar Works" y también una de las más poderosas a nivel visual, demostrando el talento de este señor, al contar una historia, completamente sin palabras. Y es que "El Ala Oeste" se conforma de puras ilustraciones, mostrando los diversos sucesos que pueden llegar a ocurrir en un ala abandonada de cierta casa, jugando como nunca antes, con la importancia de los detalles en sus omnipresentes imágenes... Ingenio puro marca Gorey.




Para entender la enorme influencia de su trabajo en nuestra cultura visual hasta hoy en día, tendríamos que aludir a muchos y muy diversos artistas, entre los cuales destaca sin lugar a duda Tim Burton, el famoso y genial director de cine, quien ha confesado muchas veces su enorme admiración por Gorey, teniendo mucha de su influencia presente en su estilo. En cuanto a lo impreso, Edward Gorey ha influenciado, mediante su participación directa, en publicaciones como Squire, Sports Illustraded, Vogue, The New York Times e incluso, Playboy.  Y no podemos dejar de mencionar su célebre aporte en el diseño para la producción de Broadway de Drácula, en 1977, ya que aun cuando esto le fue reconocido en vida, hoy en día sigue siendo reconocida como una clara muestra de lo que el teatro neoyorquino representa.

Escenografía de Drácula realizada por Edward Gorey




De joven, quería ser bibliotecario, pero desistió luego de que conoció a unos cuantos que estaban "muy locos"

Edward Gorey era fanático de los seudónimos, manejando más de 20, todos acronimos de su nombre, algunos ejemplos son: Wardore Edgy y Ogdred Weary

Gano un premio Tony por su trabajo en la escenografía de Drácula.

Jamas se casó, aunque se cree que tuvo una relación de "admiración" con una mujer llamada Bunny Lang.

Su primer recopilatorio "Amphigorey" se lo dedico a su madre.

Tenía 5 gatos: Agrippina, Fujuisubo, Kanzuke, Kokiden y Murasake, todos nombrados en honor de personajes de Historia de Genji del autor Murasaki Shikibu.

Murió 3 días después de sufrir un ataque cardíaco, y se dice que, al momento del ataque, un vecino suyo le cobraba su tarifa por un arreglo eléctrico: 20 dólares

Edward Gorey ha sido, es y seguirá siendo, uno de los máximos exponentes (si no es que el mejor) del arte de lo macabro y sin lugar a dudas, también un enorme representante del humor negro, con una personalidad que fue luz y oscuridad, permanentemente creando y viendo todo desde su perspectiva a blanco y negro llena de cinismo y de viñetas cortas y precisas; no queda más que agradecer cada una de sus obras, esperando que cada vez más gente caiga ante su estilo difícil de asimilar pero fácil (más de lo que se podría pensar) de admirar. Simplemente... Inigualable.



Puedes encontrar más de su obra en:

http://goreyana.blogspot.com/
http://www.valdemar.com/default.php?manufacturers_id=80
https://edwardgoreyhouse.org/


All content copyright © by Edward Gorey.




 


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