BARAKAMON | Reseña


¿Alguna vez te has puesto a pensar si lo que haces te hace feliz? Ya sea que estés en una edad temprana o quizá más frecuentemente en ese paso entre juventud y adultez, estoy seguro de que te ha pasado por la cabeza dicha pregunta (a mi sí)... Y es que en ocasiones cuando creemos que hacemos lo que queremos por las razones correctas, llega la vida y nos muestra que no hay nada más lejos que ello, que en realidad vivimos como la gente quiere que lo hagamos y que aquello que nos "impulsa" en realidad es aquello que nos tiene atrapados, sin abrirnos a la vida... Bueno, de eso va la historia de hoy, de descubrir lo que de verdad es vivir. De eso va, Barakamon.

Barakamon


|Kinema Citrus|2014|
|12 Episodios|TV|
|Slice of Life, Comedia|




Seishuu Handa es un calígrafo prometedor: joven, guapo, talentoso y, desafortunadamente, un narcisista para empezar. Cuando un veterano etiqueta su pieza premiada como "poco original", Seishuu rápidamente pierde la calma con graves repercusiones. Como castigo, y también para ayudarlo en la autorreflexión, el padre de Seishuu lo exilia a las Islas Goto, lejos del cómodo estilo de vida de Tokio al que está acostumbrado el artista temperamental. Ahora lanzado a un entorno rural, Seishuu debe intentar encontrar una nueva inspiración y desarrollar su propio estilo artístico único...

Barakamon es una obra de 2014 producida por el estudio Kinema Citrus, contando con 12 episodios que adaptan la obra original de Satsuki Yoshino estrenada en 2008 y con una precuela llamada "Handa-kun" la cual está en formato anime desde 2016. Dentro del equipo a cargo hay nombres como Masaki Tachibana (Princess Principal) al frente de la dirección, Pierre Sugiura (Bottom Biting Bug) firmando el guion adaptado, Hiroshi Kato (Ayashiki, Atom the Beginning) en la dirección de arte y Kazuhiro Wakabayashi (Usagi Drop, Bungou Stray Dogs) en el apartado sonoro por mencionar algunos.


La historia de Barakamon nos pone tras los pasos de Handa Sei, un joven y talentoso calígrafo que sin embargo, está atrapado en una etapa en la que se ve incapaz de continuar su trabajo o encontrar una motivación o estilo propio. Y esto no hará sino empeorar cuando, tras cierto comentario sobre su trabajo, Handa termine por perder los estribos contra un veterano director, ganándose como castigo el  ser exiliado a una isla con el fin de encontrar su propio estilo y madurar en su trabajo. Es así como el joven llegará a las aparentemente tranquilas islas Goto, teniendo como objetivo el encontrase a sí mismo y mejorar su arte. Esto claro no durara mucho pues donde el joven creyó que habría paz, se encontrará en su lugar con una tumultuosa y alegre nueva vida gracias a los amables y divertidos habitantes de la isla, encabezados por una pequeña muy alegre e hiperactiva llamada Naru y quienes, pese a la reticencia del joven, lo recibirán como uno más y pondrán patas arriba su vida, ayudándolo en el camino con su búsqueda...

La vida no solo es perfección...

Y precisamente sobre esta búsqueda es que gira el punto temático de la serie, no sobre la mejora en el estilo del artista sino más bien sobre el encontrar el camino en la vida y (siendo tan cliché como pueda ser) con esto le basta y sobra a Barakamon para atraparnos en su historia. Teniendo a Handa como el protagonista inmaduro, con maneras propias de ciudad y sobre todo con 2 marcadas peculiaridades: La primera su obsesión por alcanzar la perfección con su arte y la segunda, y directamente relacionada, su manera tan "cuadrada" de ver la vida; nos encontramos con un incómodo pero quizá necesario reflejo para el espectador, planteándonos la gran pregunta ¿Eres feliz con tu vida tal como esta? Bueno, está claro que Handa no y es por ello que una vez llega a la isla y comienza a interactuar con sus habitantes, cada nueva cosa, cada pequeño momento, por más común y corriente que sea, se volverá en un nuevo descubrimiento para él, alejándolo de esa monotonía y sobre todo mostrándole que la vida es mucho más que tratar de perfeccionar algo (cuando en realidad la perfección no existe) y buscando encajar en el patrón de comportamiento esperado por los demas porque a fin de cuentas ¿Es tu vida o la vida que el resto quiere para ti?...


Sí, sé que puede sonar contradictorio e incluso "cursi" pero no por ello menos real, el sentirse abrumado y "engañosamente" conforme con la vida que se lleva es algo que a muchos les ha pasado (o les pasará) y la serie lo refleja a través de la obvia y aun así difícil solución: Vivir... emocionarse, gozar, descubrir y compartir. Cosas que Naru y compañía le ofrecen a Handa a través de sus experiencias diarias y que sirve como detonante para el desarrollo de su protagonista y también de algunos de sus secundarios, tales como el joven e inmaduro Kido o las alegres Miwa y Tamako, haciendo ver que es en esa cotidianidad y en esa alegría tan común, donde se encuentran los mejores momentos.

Pese a todo, la serie está lejos de ser perfecta debido a su falta de "potencia". Y no, no es que Barakamon no logre su cometido de transmitir el mensaje, al contrario, cada episodio como ya dije es muy bueno... el problema viene al hablar de su final. Y es que, lejos de ofrecer un momento cumbre o de cierre que refuerza el mensaje o apabulle al espectador, Barakamon termina de manera suave, con un final que puede o no saber a poco y que se siente más como un episodio más. Esto claro, no disminuye lo visto previamente y, dado el tipo de historia, tampoco supone la ruina para la obra de ninguna manera. También tengo que mencionar ciertas secuencias que aunque no tan subidas de tono, sí que sacan de ritmo al espectador, poca cosa pero que llega a incomodar un poco.


Respecto a la animación, el diseño de personajes corre a cargo de Majiro, teniendo un buen trazo y un gran nivel de detalle y variedad en las expresiones de los personajes, lo cual es un punto fuerte si consideramos que sus caras chuscas, muecas y expresiones de "horror" son un reflejo directo del sentir del personaje, remarcando así cada escena. Mención aparte merecen los diseños de Naru y Handa pues aún con similitudes al resto, logran volverse reconocibles al instante (tanto meme de Naru será por algo). El trabajo de escenarios también es bueno aunque un poco dispar, centrando la atención a los momentos cumbre como puestas de sol, el mar o los festivales pero dejando un poco flojos el resto, con eso sí, una buena paleta de colores que tiran a lo cálido y la predominación de luz. En definitiva, el trabajo técnico de Barakamon es acorde a la temática, logrando "transportarnos" a la isla y a su ambiente rural y por ende (y a falta de una mejor expresión) transmitirnos esas vibras de slice of life...

Pasando al apartado sonoro, la serie corre con un trabajo a cargo de Kenji Kawai quién pese a no ofrecer piezas que sobresalgan o sean tan potentes, sí que logra dar una amplia variedad de temas para acompañar y remarcar las escenas tan cotidianas que vemos. Con casi 40 piezas llenas de sonido y ritmos de flauta, violín, orquesta, tambores y guitarra, Barakamon tiene tonadas alegres, tristes y algunas otras perfectas para los momentos de reflexión tirando a la calma. Sus piezas principales por otro lado, sí que logran llegar al espectador principalmente en su apartado lírico, con frases soltadas por aquí y por allá que muestran de primeras las intenciones de ella serie, principalmente en su OP, la íntima "Rashisa" de SUPER BEAVER pero también en el melancólico ED "Innocence" cortesía de NoisyCell. Aparatado especial merece el trabajo de voces, sobre todo de los niños y de Handa (y sus muchos gritos de sorpresa y horror...)




BARAKAMON ha sido para mí una delicia de serie, de esas que llegan sin hacer mucho ruido pero se quedan mucho después de haber terminado. Con una historia que aunque sin espectáculo, sobre saltos ni ganchos poderosos sí que logra atraparte en su mundo y sus pequeños momentos, unos personajes que seguramente sirvan de espejo para muchos en la temprana adultez y un trabajo técnico que dice slice of life por todos lados, BARAKAMON es un gran mensaje sobre lo importante en la vida. No será la mejor serie que hayas visto pero quizá sí de las que puedan marcarte con su calidez...



Si el mar no te parece bonito, no es porque tu corazón sea de piedra. Es solo por las nubes de las tardes. El mar es bonito de ver siempre, especialmente si tienes el corazón de piedra. Pero todavía no te has dado cuenta.
-Barakamon




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