MASHIRO NO OTO | Reseña

MASHIRO NO OTO | Reseña

¿Qué es aquello que nos mueve en la vida? Dinero, éxito, obligación, venganza… pasión. Causas todas distintas y que sin embargo, pueden ser el detonante necesario para avanzar. Y pese a ello jamás dejamos de escuchar consejos sobre “seguir aquello que amas, aquello que de verdad te satisfaga…” Bueno, quizá no este de más hacer caso y , tal como hace Setsu, buscar aquello que nos llene como personas, buscar nuestro propio sonido tal como en la entrada de hoy… la trepidante, Mashiro no Oto.

Mashiro no Oto


|Shin-Ei Animation| Primavera 2021|
|12 Episodios|TV|
|Drama, Musical|




Sawamura Matsugorou es un musico de shamisen de talento legendario. A su muerte, su nieto, Sawamura Setsu, perdió la habilidad de tocar. Habiendo perdido su amado sonido, Setsu se encuentra en Tokio en busca de un nuevo sonido para amar, encontrando en su camino a personas y amigos que se volverán un gran apoyo en la búsqueda de ese sonido, esa sensación que lo reconforte al tocar el shamisen…


Mashiro no Oto es una serie de 12 episodios producida por Shin-Ei Animation y que se estrenó en la temporada Primavera 2021. La obra adapta el manga original de Marimo Ragawa, teniendo dentro del staff encargado a nombres como Hiroaki Akagi (Karakai Jouzu no Takagi-san) al frente de la dirección, Yoichi Kato (Aikatsu!) en la composición de la serie y a los Yoshida Brothers supervisando el apartado musical.

La historia nos presenta a Setsu Sawamura, un chico poco expresivo que sin embargo tiene el medio de comunicación perfecto: el Shamisen. Siendo un instrumento que le fue enseñado por su abuelo, Setsu y su hermano Wakana dedican su vida a interpretar y mejorar sus capacidades musicales, haciendo del shamisen el eje en el que gira la historia. Esto sin embargo, cambia cuando tras la muerte de su abuelo, quien además era el gran virtuoso de la música Shamisen, Setsu pierde el interés por la música y la vida en general, con lo que decide mudarse a Tokio en busca de ese algo que lo inspire, de ese nuevo sonido a encontrar. Y esto lo llevará no solo a conocer nuevas personas y costumbres, sino también a plantearse ¿Qué es lo que busca realmente?...

A ritmo de Shamisen

Es así que durante la serie iremos acompañando a Setsu en su travesía, desde un tremendamente poderoso primer episodio en el que llega a Tokio y ayuda (y se deja ayudar) a una chica llamada Hana a encontrar su camino en la vida (o mejor dicho la impulsa a buscarlo), su temprano encuentro con su madre Umeko, o su posterior ingreso al instituto y al club de shamisen, donde conoce a compañeros como la amable Shuri, el valeroso Kaito, el amable Rai o la aguerrida Yui, quienes lo impulsan y acompañan en su búsqueda por ese sonido que lo conmueva. Así que, manteniendo las distancias, tenemos frente a nosotros una historia de corte intimista, con el shamisen y sus secretos como eje. Cosas como sus principios, su aprendizaje o la forma en como evoca sentimientos son algunos de los puntos que toma la serie, desarrollando a la par a sus protagonistas, no solo como individuos sino como grupo a través de sus diferencias. Y es que, como ya mencioné, la virtud es precisamente que ellos "realmente llegan a conocerse", alentando sus fortalezas y cerrando sus debilidades, lo cual se refleja en ellos como grupo de shamisen, compartiendo a través del lenguaje musical que propone la trama.


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Those Snow White Notes...

Sin embargo, la serie va más allá y aunque centrándose en Setsu, nos brinda un trasfondo mucho más serio: El verdadero objetivo de hacer las cosas. Y es que, en un mundo tan materialista como el nuestro, muchas sino la totalidad de las veces el propósito a conseguir es el éxito monetario, la popularidad (inclusive si esta es barata) y el reconocimiento ajeno antes que realmente obtener la satisfacción personal. Y es justo ahí donde nos ataca Mashiro no Oto, teniendo un personaje que lejos de desear el éxito se base en la búsqueda de su propio sonido, de su propia satisfacción lleve o no, a la satisfacción ajena. Ese dilema del "artista" bien reflejado y que, como en 3-gatsu no Lion, abre la puerta al lado más íntimo de la persona en su búsqueda y debate por aquello que lo inspire y lo mueva a hacer cosas. Aquí esto es más marcado claro (Y Setsu es también menos tormentoso que Rei) tanto por el completo desapego de Setsu a las “normas del éxito”, como por la introducción de 2 elementos: Las perspectivas, tanto ajenas como la de Umeko y su búsqueda de reconocimiento para Setsu, el padre de Souichi al querer encumbrar aquello que significa el legado de su estilo, o Mai quien quiere ser vista como una igual por el chico; así como aquellas que se muestran similares respecto a la pasión del artista, siendo el caso de Souichi o Seiryuu. Choque de perspectivas que terminan desembocando en el propio Setsu y su noble búsqueda como punto cumbre. El otro aspecto, en este caso narrativo, es el uso del shamisen y las interpretaciones como medio de comunicación. Porque cada interpretación muestra exactamente lo que siente el protagonista y esto no solo cobra fuerza sino que impacta a la hora de hacer llegar el mensaje, cuestionándonos si de verdad hacemos las cosas por las razones correctas, si de verdad nos sentiremos plenos con aquello que buscamos...


MASHIRO NO OTO | Reseña - 13 Fotogramas

Pese a ello, Mahiro no Oto puede llegar a parecer lenta para algunos, siendo que a diferencia de series igual de intimistas como la ya mencionada 3-gatsu no Lion, aquí hay carencia de un conflicto mayor, teniendo leves problemas y crisis para Setsu y compañía pero que son resueltos por la vía rápida. No deja de ser un buen ensayo sobre lo que importa al dedicarnos a algo, o la pasión que se requiere pero sí que puede tener sus puntos bajos a mitad de serie.

Respecto al trabajo técnico, estamos ante un diseño cortesía de Jiro Mahima, quien se encarga de entregar personajes bien definidos pero con ese trazo tan característico de series del mismo corte. Ni super definido ni tan refinado, el dibujo sin embargo suaviza y da realismo a muchas expresiones, optando por usar efectos para realzar cosas como la sorpresa, el enojo o la timidez. Esto permite diferenciar y hacer único a cada personaje, teniendo lindos resultados en Shuri por ejemplo, mientras que otros como Umeko no están tan bien logrados... El caso de los escenarios es parecido y si bien Mashiro no Oto no será la serie con mejor nivel de detalle o elementos creados, sí logra lo suficiente para representarcon gran detalle y fluidez aquello que las interpretaciones musicales buscan mostrar, desde una suave brisa hasta una ventisca profunda o un resplandeciente amanecer.


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Sin embargo, y como es fácil de suponer, la mayor virtud de la serie está en su apartado sonoro. Cortesía de los Yoshida Brothers quienes se encargan de supervisar la música (hecha por artistas de Shamisen profesionales), estamos ante un tremendo trabajo tanto de composición como sobre todo de interpretación. He de decir que no era realmente fan de este instrumento (o conocedor) pero lo aquí presentado ha servido para volverme uno. Intenso, desgarrador, suave o ligero, las distintas escalas sentimentales de los personajes se ven perfectamente reflejadas en sus interpretaciones, logrando que cada acorde, cada tensión de cuerda y sonido realcen y amplifiquen la sensación. Caso aparte merecen las piezas principales, teniendo el Opening "Blizzard" de Burnout Syndrome y sobre todo el Ending "Kono Yume ga Sameru Made" (Until I Wake From Dreaming) interpretado a dúo por Miliyah Kato y los propios Yoshida Brothers, resultando en una pieza trepidante, que envuelve y llena cada segundo de algo inesperadamente potente. Seguramente muchos como yo no se interesaban mucho sobre el Shamisen antes de ver la serie y, afortunadamente, esta ha logrado el objetivo de atraernos a su mundo.




Mashiro no Oto es una serie curiosa, que tiene un arranque potente y desarrollo pausado y pese a ello, resuena a cada episodio. De esas que te apabullan hacia adentro, de forma profunda al tiempo en que sus personajes se alzan más y la voz de sus pensamientos resuena. Gritos con el volumen en cero y susurros trepidantes cuando la música comienza a sonar. Con una narrativa que se toma su tiempo, que se mantiene fiel a sí misma y que presenta en su protagonista a su mejor baza, un sonido tremendo y una animación efectiva; la historia nos habla el lenguaje del shamisen, de los sentimientos a través de sus notas y de la importancia de encontrar esa pasión... Mashiro no Oto es una serie que tarda en capturar pero que va in ascenso una vez comienza a sonar su historia...








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